La temática de nuestro
proyecto en dicho centro se seleccionó en una reunión con las responsables del patronato y nuestra tutora de Pedagogía Terapéutica Carmen Gaya.
Tras una deliberación de los tres temas propuestos (Recursos
tic’s, adaptación de material o sexualidad y discapacidad) consideramos que
aquello que nos iba a aportar más conocimientos, iba a mantenernos más
involucrados y sería más útil tanto para nosotros como para el centro es el
tratamiento de la sexualidad en niños/as con discapacidad.
Nuestro proyecto va a ser
una propuesta de ideas enfocadas en tres direcciones: familias, colegio y recursos bibliográficos; de esto
detallaremos más a lo largo del informe. En ningún momento vamos a poner en
practica nuestros resultados, sino que se los aportaremos al centro como
posibles recursos a utilizar posteriormente por ellos/as.
La sexualidad en niños/as con
discapacidad:
Todas las personas,
independientemente de si tienen discapacidad o no, tienen necesidades sexuales
y sentimentales. Como dijo Amor Pan, refiriéndose a los niños/as con
discapacidad, “Tienen necesidad de sentir
cariño, amor, amistad por los que le rodean, así como de sentirse queridos y
queridas, amigos y amigas, atractivos y atractivas o amados y amadas. Se
enamoran y tienen impulsos y deseos sexuales”.
Sin embargo en el caso de
niños/as con discapacidad es necesario tratar dichas necesidades desde otros
puntos de vista y como una temática más de la educación. Inculcar una serie de
ideas como lo que se debe hacer en público y lo que no, el respeto de la
voluntad propia y de otros… es decir, enfocar la sexualidad y los sentimientos
desde un punto más abierto y sincero.
Para una correcta
educación afectiva y sexual es necesario que exista una coordinación entre las
familias y las escuelas, crear acuerdos y medidas de intervención en el centro
educativo y en el hogar. Podríamos hablar de un “contrato educativo” de la
familia y el colegio, donde quedan plasmados dichos acuerdos y medidas, al
igual que la responsabilidad de su seguimiento por ambas partes. En el momento
en el que disponemos del “Contrato” ya hemos enfocado los objetivos, formas de
intervención y una valoración y seguimiento conjunto, con opción a modificarlos
según las necesidades que vayan surgiendo. El Centro de Apoyo a la Integración
(CAI) es un medio que enseña a las personas a moverse en el entorno social.
Es necesario que exista
una continuidad del “contrato” por dos aspectos: el cambio de actitudes y el
aprendizaje de hábitos es algo que requiere mucho tiempo y por otro lado porque
esto ayudará a las familias a afrontar sus miedos sobre el tratamiento de la
sexualidad en sus hijos/as con discapacidad.
Nunca se debe olvidar que
el mayor objetivo de la educación es el bienestar de las personas con
discapacidad, según Amor Pan: “Debemos
ayudarles a que disfruten del afecto, el amor, la atracción, el enamoramiento,
el placer de forma normalizada, positiva y gratificante, en un plano de
igualdad, responsabilidad y respeto mutuo. Los comportamientos y conductas son
diferentes dependiendo de la relación que nos vinculen a las personas de
nuestro entorno. No me comporto igual con una conocida que con una amiga o con
mi novia. Las personas con Discapacidad Intelectual deben reconocer y
comportarse distintamente según estas relaciones” además “Deben aprender a decir “no”. Las relaciones
sexuales son voluntarias y se basan en el deseo y el respeto entre las
personas. Si no me apetece, si no quiero, debo saber decir “no”, sin ceder a
las presiones”. También es necesario introducir los riesgos que tienen las
relaciones sexuales, como las enfermedades de transmisión sexual, y sus métodos
preventivos; con objetivo de evitar relaciones de riesgo. No se debe juzgar a nadie ni por sus
actitudes ni sus comportamientos